miércoles, 3 de enero de 2018

La verdadera historia de ET, LA COSA

Hace unos meses fui al cine a ver la historia del payaso horroroso que sale de las alcantarillas y se come a los niños. No es el tipo de películas que suelo ver, me inclino siempre por las historias de la vida real o las que están basadas en ellas. Accedí a verla porque mi cuñado, un aficionado y estudioso del cine y la producción audiovisual, me hizo una campaña silenciosa para que la viera.
Compramos entradas 3D y nos instalamos a ser movidos y mojados de vez en cuando. Cotufas en manos me dispuse a reír, porque eso me producen las películas de terror (de terror, no de suspenso). Esta vez no fue así. No sabía nada de la historia mas que un payaso horroroso sale y se come a los niños. Boca abierta me quedé al entender la trama oculta entre los dientes horrorosos del payaso aterrador; simple es: el miedo generado durante nuestra infancia nos roba la niñez, la mata y la pone a flotar para siempre en una oscura alcantarilla del recuerdo, flotando así con ella la inocencia y la alegría del niño que se descubre a través del mundo. Una vez más la lucha entre el miedo y el amor ganada por el miedo.
Múltiples casos reales originaban que el payaso apareciera y se devorara la infancia de los niños protagonistas: adicción a los medicamentos generada por una madre sobreprotectora, necesitada de que la necesitaran (controladora); violación de un padre alcohólico a su hija, los sentimientos poco entendidos y conversados que generó la pérdida de un hermano a corta edad, exigencias de adultos a niños que hacen que confundan sus roles y asuman responsabilidades que no pueden cubrir a sus edad, etc, etc. El payaso aparecía una y otra vez a través de los miedos robándose su infancia, comiéndosela y saboreando cada pedazo de ella hasta poner a su cuerpo inerte de niño a flotar, sin alma, sin alegría, sin vida.
Siempre se dice que hay una parte de nosotros que conserva el niño que llevamos dentro, a veces tienden a señalarlo de inmaduro cuando realmente es inocente. Importante es prestarle atención, saber cómo está, cómo se siente y cómo ayudarle a que no pierda su principal característica: la alegría que regala la inocencia, que regala la vida por si misma. En nuestra infancia está el secreto de nuestra vida, nuestros traumas y temores que seguirán flotando si no son atendidos, afectando la alegría de vivir. Démosle importancia a atender a nuestro niño interno, definir e identificar lo que le aterra para que el payaso no ponga a flotar su cuerpo en el miedo. Enfrentemos nuestros temores, valiente y decisivamente, busquemos herramientas, seamos capaces de enfrentar a ese payaso terrible que aun en la adultez nos sigue persiguiendo para robarnos la alegría.
El miedo representado por ET, nos persigue cada minuto del día hasta que no volteemos y enfrentemos aquello que nos aterra. La verdadera libertad es vivir desde el amor. Sé libre.

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